domingo, 24 de octubre de 2010

Número tres.

Curioso castigo, cuando los misterios de la vida nos rozan como una lentilla mal puesta.
Llegar a la conclusión de que no somos nada y que lo somos todo; de que quizás todo sea una patraña, un fruto amargo de nuestra mente subdesarrollada. Ver por lo tanto, un agujero negro que nos envuelve y saborea y sin embargo, no ser capaz de desintegrarse por completo, de fundirnos con y en él para que nos digiera. ¡Absurda existencia!

No hay comentarios:

Publicar un comentario